TRES PAÍSES Y CATARATAS DE IGUAZÚ (BRASIL, noviembre 2014)
- Juan Carlos Varillas Lima
- 4 jul 2015
- 8 Min. de lectura

Si de maravillas naturales se habla, es imposible no mencionar uno de los lugares más impresionantes del plantea, las Cataratas de Iguazú en el sur de Brasil. Para el 2014 ya había conocido todos los países latinoamericanos pero dejé lo mejor para el final, el país continente, el país de la Zamba y el Carnaval. La manera en la que fui a dar a Foz fue porque participé dando una conferencia sobre Seguridad Alimentaria en la UNILA a mediados de noviembre (2014) y ha sido una de las experiencias más agradables de mis viajes.


Para llegar a Foz de Iguazú se puede tomar una ruta área desde las ciudades más importantes del Brasil como Rio de Janeiro o Sao Paulo, pero también existen vuelos desde Lima, Perú. En mi caso, volé desde México a Rio de Janeiro por Avianca ($990 USD aproximadamente, tomado de una oferta muy buena de esta aerolínea). Después tomé otro vuelo operado por ATM (aerolínea brasileña) para llegar a Foz (el costo fue un poco caro, $500 USD aproximadamente, aunque para otras fechas estaba en $200 redondo). Hay que decir que mi vuelo se retrasó 3 horas, primera vez que me pasaba algo así, aunque entre el tono y mi incipiente entendimiento de un portugués hablado a una gran velocidad, sólo entendí que la razón tenía que ver con el clima lluvioso de Río.

Pensé que no partiría ese día, pero finalmente si fue posible, 2 horas de vuelo. Llegué al aeropuerto de Foz a las 3:00 pm hora local y sólo bastó con bajarme del avión para sentir el abrumador calor de este sitio rodeado de vegetación, lo que me hizo recordar la fama del Amazonas. Aquí no hubo necesidad de sellar pasaporte puesto que ya lo había hecho en Río, ya que mis vuelos eran diferentes y no en una misma conexión.
Desde el aeropuerto se pueden tomar unos buses color amarillo que te llevan a la parte central de la ciudad, aunque hay que fijarse bien porque algunos van directamente hacia las cataratas desde el aeropuerto, pero finalmente todos los buses regresan a la ciudad (3 reales el pasaje, recuerda tener cambio). En 20 minutos estaba ya en la ciudad, realmente todo me parecía interesante desde la pasarela de hoteles y resorts que hay antes de llegar a la ciudad hasta la amabilidad de los brasileños (me di cuenta que al principio, es más fácil para ellos entender el español, puesto que esa ciudad es fronteriza con Argentina y Paraguay, que para los hispanos entender el portugués, por lo menos los primeros días).
Llegué a la estación de buses de la ciudad (que en México sería como los paraderos de microbuses que hay fuera de las estaciones del metro en el DF). Tenía que comunicarme con mi amigo Grivan para poder encontrarnos, compré una tarjeta telefónica y marque desde un teléfono público. Contacté a Grivan por el CouchSurfing y resultó ser un chavo genial y un gran amigo, resulta que él estudiaba en la misma universidad en la que daría la conferencia. Gracias a él pude entender muchas cosas sobre la Universidad y la ciudad en general, resulta que por la UNILA, hay una gran cantidad de estudiantes de todos los países latinoamericanos, puesto que la misma universidad promueve la asistencia e intercambio cultural con la idea de la integración latinoamericana. Además, el hecho de que la ciudad sea punto de encuentro de tres países (Brasil, Paraguay y Argentina) le da una carga simbólica impresionante.
Una vez que terminé mi participación académica en la UNILA era momento de disfrutar el viaje y de las maravillas de esta ciudad. Claro esto después de darme cuenta de que realmente fuera de nuestro pais, hay una amplia corriente de solidaridad y crítica hacia los problemas sociales que ocurren en los países latinoamericanos, esto al ver que había distintas actividades de discusión con respecto al tema de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa (Septiembre 2014, Guerrero, México).
Los estudiantes han hecho que esta ciudad sea realmente interesante y entretenida, sobre todo porque puedes conocer a personas de todos los distintos países latinoamericanos, aprender de su cultura y sus experiencias. Pero también, ellos mismos crean un ambiente festivo realmente entretenido.
Algunos lugares que se pueden visitar en esta ciudad son el Aviario, el Zoológico (detrás de la estación de buses) y la represa de itaipú y por supuesto, las grandiosas Cataratas de Iguazú. Sin embargo, para mí lo más llamativo es el hecho de poder visitar tres países en un mismo día, ya que hay que recordar que esta ciudad brasileña tiene frontera con la ciudad paraguaya de Ciudad del Este y con la ciudad argentina de Puerto Iguazú.
Pero pues es imposible no hablar y hablar de las Cataratas, siendo el sitio más visitado por los turistas (aunque ya mencioné que la ciudad tiene muchas más cosas que ver). Estas cataratas están, de cierta forma divididas administrativamente, es decir, hay un lado brasileño y hay un lado argentino. Les contaré como fue mi visita, sabía que tenía que ir muy temprano si es que quería visitar ambos lados en un mismo día, ya que al día siguiente partiría a Rio de Janeiro.

Muy temprano tomé un bus en la Central de Autobuses de Foz de Iguazu, es muy fácil, solo hay que preguntar cuál es el que va a “Argentina”, cuesta como 5 reales el pasaje. Se supone que este bus tiene que parar en ambas fronteras (brasileña y argentina) para la cuestión de los pasaportes. Sin embargo, el chofer de mi bus jamás paro en la aduana brasileña para que pudiera sellar la salida y eso que le pregunte varias veces si hacia parada en las aduanas y me había dicho que sí o solo me dio el “avionazo”. Aún, así si hizo parada en la aduana argentina, yo pensaba que era normal no sellar la salida de Brasil (suponer en esos casos es un grave error en cualquier parte del mundo), sobre todo porque los gendarmes argentinos me sellaron la entrada sin preguntar por qué no tenía el sello de salida de Brasil.
Este bus me dejó en la terminal de Puerto Iguazu (Argentina) me pareció una pequeña ciudad muy pintoresca y repleta de lugares para ir a comer un buen asado, recordándome esa deliciosa comida de Buenos Aires o Mendoza, pero yo tenía prisa por conocer las cataratas, así que compré un ticket de bus para las cataratas en la misma terminal (15 reales aproximadamente, y te venden la ida y el regreso en un solo boleto). Así llegue al Parque Nacional de Iguazú en Argentina, el costo de la entrada es de 260 pesos argentinos (es recomendable pagar con pesos argentinos o con tarjeta de crédito o débito, ya que el tipo de cambio con respecto al real brasileño es muy malo). Este parque es fantástico puedes recorrerlo caminando en unas 4 horas más o menos, pero también tienes la opción de tomar de manera gratuita un tren que te acerca a diversos puntos del parque, pero hay que preguntar los horarios del tren porque creo el último es a las 4 de la tarde.



En mi caso, tomé el tren que te acerca a un sendero que lleva a diferentes vistas de las cataratas, recorriendo este sendero puedes subir y bajar en medio de una abundante vegetación y algunos animales (que no debes creer que son muy amigables tan solo porque se vean lindos), pero también puedes encontrarte con gran cantidad de cascadas y en algunas darte un refrescante remojón para el calor abrumador de este lugar. Las vistas son impresionantes y es un lugar imperdible para conocer en la vida. Lo más impresionante es la llamada Garganta del Diablo que es donde convergen las caídas de las cataratas, de hecho hay algunos tours que te ofrecen un paseo por lancha y te llevan hasta la garganta para empaparte con lo que sale de la misma y también hay paseos por helicóptero con vistas también impresionantes. Desgraciadamente mi presupuesto no podía cubrir esos gustos. Pero con lo que vi me fui extremadamente feliz.
Recorrí el parque por aproximadamente 3 horas y decidí regresar a Brasil para ir al parque brasileño, así que tome el bus de regreso a la terminal de Puerto Iguazú y tomé otro bus que me llevara a la otra ciudad del lado brasileño. Esta vez el chofer era argentino y parecía que no quería pararse en las fronteras a pesar de la insistencia mía y de un francés que viaja en el mismo bus, a regañadientes nos bajó en la aduana argentina para sellar rápidamente el pasaporte y después nos bajó en la aduana brasileña para sellar la entrada (hay que decir que las aduanas están alejadas poco más de un kilómetro de distancia entre ellas). Sin embargo, fue aquí donde tuve problemas, los agentes brasileños no quisieron sellarme la entrada y trataron de explicarme en un lento portugués que no tenía el sello de salida de su pais. Trate de explicar que ese mismo día el chofer no me había bajado en esa aduana para sellar la salida y que los argentinos me sellaron entrada y salida sin problemas, la respuesta fue contundente: “Eso no importa aquí, ese es otro pais, aquí es Brasil”, esas palabras me hicieron recordar los problemillas que existen entre brasileños y argentinos en muchas cosas desde la política hasta el futbol.
Con mi cara de asustado la oficial me recomendó que cuando saliera de Brasil tratara de enseñar el sello de entrada que me pusieron en Rio de Janeiro y que no mostrará para nada los sellos argentinos, que era como si nunca hubiera salido del Brasil, que esa era la mejor opción, Sin embargo, eso me daba miedo, ¿qué tal si estando en Rio no quieren dejarme salir del pais y me hacen regresar a Foz? Perdería mis vuelos, no tendría dinero para pagar el regreso a Foz, etc.
Sin embargo, recordé que a pocos minutos estaba Paraguay y que tal vez podía sellar nuevamente mi pasaporte de entrada y salida de ambos países, para ya no tener problemas en Rio. Pero primero, tenía que ir a las Cataratas del lado Brasileño. Por cierto, el bus en el que venía de argentina no me espero, pero con el ticket puedes esperar a que pase otro bus de la misma empresa y tomarlo.
Ya en Foz de Iguazu, tome el bus amarillo hacia el Parque Nacional do Iguacu, la entrada me resulto algo cara, 65 reales (que son como unos 40 USD), pero pues estando allí no me lo podía perder. Esta vez no había tren, había unos buses panorámicos que puedes tomar, de manera gratuita para acercarte a las cataratas. También hay tours y hasta safaris, pero evidentemente muy costosos. Tengo que decir que este parque me gustó mucho, las vistas también son increíbles, lo que más me gustó son los senderos que te llevan sobre la corriente y puedes ver tan cerca de ti, las diferentes desembocaduras del agua y apreciar impresionantes paisajes de las cataratas en todo su esplendor. Jamás olvidare esta experiencia llena de magia y misterio, el lugar perfecto para estar en contacto con estas maravillas naturales. Aun así, es necesario a que te prepares para estar con un sinnúmero de turistas que sólo van a Foz a ver este parque.




A las 6 de la tarde terminé mi recorrido por los dos parques, estaba exhausto y hambriento, pero claramente maravillado. Aun así, regresó a mi cabeza el problema migratorio que tenía, así que me decidí en ir en ese momento a Paraguay. El transporte urbano de Foz te deja a unos metros del puente internacional que hace frontera con el pais guaraní. Tratando de esconder mis sellos argentinos, mostré a la oficial brasileña mi entrada, para mi suerte ni siquiera la vio, solo me arrebató el pasaporte y la forma migratoria y me selló la salida sin ningún problema. Así, que felizmente cruce el puente con la hermosa vista del Rio Paraná para llegar a la aduana paraguaya donde sellé mi entrada y caminé unos metros y ya me encontraba en la Ciudad del Este.



Ciudad del Este es una ciudad netamente comercial, de hecho es muy famoso por el contrabando de electrónicos, las calles están llenas de una enorme cantidad de productos de cualquier tipo. Me dirigí a una Casa de Cambio para comprar “Guaranis” (la moneda paraguaya), de hecho solo cambié un poco para tener algunos billetes de este pais para mi colección, porque en todos lados aceptaban los Reales Brasileños. En esta ciudad comí un rico asado y hasta me compré unas gafas (10 reales) que se veían bastante bien, en calidad y en la marca, también me compré un bonito recipiente para el mate (que por cierto en Paraguay se toma extremadamente frio).
Una vez satisfecho y habiendo conocido esta ciudad, regresé a Foz. En un solo día había ido a tres países distintos, eso me tenía realmente fascinado. Así, pasaría mi último día en esta ciudad para partir al otro día a la Ciudad Maravillosa, a Rio de Janeiro.
Gracias Foz
Obrigado!!!
Juan Carlos
solrac_nauj007@hotmail.com
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